jueves, 26 de agosto de 2010

Y me acuerdo de esa tarde de verano, de tus manos frías, de esa sonrisa contagiosa, y no puedo dejar de preguntarme, como siempre, si tus labios seguirán teniendo aquel dulce sabor que me enloquecía de amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario